domingo, 4 de septiembre de 2011

Joaquin Dominguez Bécquer 1817-1879 Pintor Español




Los primeros rudimentos del arte de la pintura los aprendió Joaquín Domínguez Bécquer de su primo José, iniciador de esta destacada dinastía de pintores, y a su vez los traspasó al que fue su sobrino y más benemérito pintor de la familia, Valeriano Bécquer, hermano de una de las cumbres de la literatura española, Gustavo Adolfo, a quien retrató en un famoso y difundido lienzo. Estudió después Joaquín en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad natal, y con los años se convirtió en catedrático y director de la misma. No fue el único de los honores que recibió en su vida, que no fueron pocos.

Fue uno de los fundadores de Liceo artístico hispalense, y Pintor Honorario de Cámara de Isabel II desde 1850. A ello debe añadirse el puesto de Director de la restauración de los salones árabes de los Reales Alcázares y su nombramiento como miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, en 1847, y de la de Santa Isabel por la pintura. Además, fue miembro de la comisión de monumentos históricos y artísticos de la provincia. Su pintura, en plena sintonía con la tradición de la escuela sevillana, alcanzó a los asuntos históricos, a las escenas de género y a los retratos, en cuadros de perfecta corrección académica derivada del profundo conocimiento de la pintura antigua, en especial de la española.



Es cierto, por otro lado, que el uso indiscriminado de ciertos estereotipos y una, en ocasiones, excesiva brillantez lumínica y cromática, tornan los perfiles de sus obras un tanto sólidos y duros. Mostró gran sentido escenográfico en las pinturas al aire libre, en que los contrastes lumínicos otorgan profundidad a las obras. La relevancia de Domínguez Bécquer en la Sevilla de mediados del siglo XIX le permitió acceder al selecto círculo de amistades de los duques de Montpensier –de cuyos hijos fue profesor de dibujo-, establecidos en la ciudad hispalense desde 1848, y bajo cuyos auspicios la vida artística sevillana tomó nuevos impulsos.

Especialmente, experimentó un gran desarrollo la pintura de género o costumbrista, que difundía el mito romántico de España y que identificaba a grandes rasgos lo andaluz con lo español, en particular por la visión sesgada y en ocasiones interesada, de los viajeros extranjeros. De ese costumbrismo español participó Domínguez Bécquer numerosas veces, como en la Juerga flamenca.

Maribel Alonso Perez
31 mayo 2011

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