lunes, 5 de diciembre de 2011

La Comida 1891, Paul Gauguin

La comida, también llamado Los plátanos
1891
Óleo sobre papel encolado sobre lienzo
Alt. 73; Anch. 92 cm.

Gauguin pinta La Comida en los primeros meses de su llegada a Tahití. Pese a su deseo de pintar la vida de la isla, sus primeros lienzos están llenos de artimañas. Aquí no se trata de una verdadera comida, sino de una escena arreglada que incluye dos registros distintos: en el primer plano, un bodegón que justifica el título del cuadro, y en el fondo tres niños alineados: dos chicos y una chica.

La proporción del bodegón es sorprendente. El racimo de plátanos que se cuecen, llamados fei en tahitiano, ocupa casi un cuarto de la composición con sus enormes frutas que tiran al bermellón y su sombra violeta, proyectada en el mantel.


También observamos el imponente tamaño del recipiente de madera esculpida que contiene leche de coco, pero que se utilizaba tradicionalmente para preparar el pescado. Para completar su composición y añadir manchas de colores, Gauguin incluye un cuenco occidental de loza, una calabaza que sirve para trasvasar el líquido, fruta, una guayaba empezada y naranjas. Un cuchillo colocado de manera oblicua, indica la profundidad del espacio. El mantel blanco, con sus pliegues bien marcados, también es una reminiscencia de las composiciones de Cézanne, o de Manet.

Este bodegón sabiamente compuesto no corresponde a ninguna comida real, porque además en Tahití no se acostumbra comer encima de una mesa.

Gauguin ha ordenado estos elementos usuales con mera preocupación decorativa y exótica.

Los niños colocados detrás no parecen darle mucha importancia a estos manjares. Sus miradas huyen como preocupadas o interrogativas. La presencia en el patio de un misterioso personaje sentado en un foco de luz, hace de hincapié la dimensión inquietante de la escena cuyo significado todavía desconocemos en la actualidad.

Maribel Alonso Perez
05 dicembre 2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario