miércoles, 17 de agosto de 2011

ISIDRE NONELL I MONTURIOL (1872-1911)



Nacido en Barcelona el 30 de noviembre de 1873, en una familia burguesa. Como dibujante y pintor se le puede considerar un verdadero autodidacta. En sus obras siempre sintió preferencia por los tipos mas desgraciados. Residió bastante tiempo en París, pero ello apenas si le marcó. Sufrió el desdén del público y la oposición de la crítica.
En una exposición celebrada en 1910 obtuvo un gran triunfo, y su consagración oficial y definitiva, aunque póstuma, ya que murió en 1911, llegó con la Exposición de Barcelona de 1918.
Crecido en la Cataluña de finales de siglo, Isidre Nonell, precursor de la renovación de la pintura en Cataluña a principios de siglo, es la figura prematuramente desaparecida, que centra dentro de su misma generación la promoción siguiente a la de Ramón Casas (1866-1932). Pocos años de diferencia entre estos artistas, como se puede ver, y sin embargo, un abismo en su realidad histórico-social, y por consiguiente grandísimas diferencias en su concepción artística.




                                                      La Maruja 1907 Oleo sobre lienzo


La principal clave de modernidad de su pintura, según mi punto de vista, reside en él, en su mentalidad de artista, de creador libre. Nonell es de una personalidad única, remetida en si misma, ajena a toda escuela, ciclo o movimiento. Era el jefe de una estética unipersonal, y si se le preguntaba por posibles trastiendas estéticas de lo que estaba haciendo, reaparecía la desconfianza del antiguo mercader de pastas para sopa y respondía ‘Jo pinto, i prou’, y decía verdad, porque su pintura no era guiada por otras razones que las de un sensualismo deleite por el color y la forma.

A la hora de pintar su voluntad, su apetencia, prima sobre cualquier otra cosa. Por tanto no acepta una temática impuesta, ni unas reglas compositivas académicas. Él simplemente es pintor, y pinta, si no hay otro remedio, para él, para sentirse satisfecho consigo mismo. Por tanto, su mentalidad es totalmente moderna y esta genera una pintura moderna.
La total libertad para el pintor ante su creación, por la que luchará y sufrirá toda su corta vida, lo convierten en un pintor moderno. Y a consecuencia de esta actitud fue rechazado, insultado y humillado por casi todos. Esto en palabras, unos cien años después, queda incluso poético, pero vivir esta realidad para él tuvo que ser muy trise y frustrante. Tal vez la lectura de dos textos incluidos al final, ayuden a comprender mejor la situación que vivió Nonell.


                                                             Gitano óleo sobre lienzo



                                           Abatimiento dos gitanas 1905 oleo sobre lienzo

Quien con el tiempo fue angustiándose por el hecho de que con su pintura, no sacase ningún provecho económico y prácticamente fuese mantenido por sus padres. La idea de que, a pesar de sus constantes desvelos artísticos, pudiese ser considerado un inútil, le humillaba y le hacia repetir: ‘desde luego que yo me gano la vida, lo que ocurre es que no me la pagan.’
Es necesario admitir, no obstante, que Isidre Nonell no fue una victima inocente de tantas malquerencias. Su temperamento no fue ajeno a esas enemistades creadas. Incluso los que le apreciaron coinciden al calificarlo como una persona terriblemente irónica, propensa a la maledicencia.
Su mentalidad se debe, en parte, a su corto paso por la ‘Llotja’, este fue enormemente importante; no tanto por lo que le enseñaron en las aulas, que también tuvo importancia, sino porque en aquel ambiente aprendió a pensar y reaccionar como artista. Allí descubrió el mundo del arte, comprendió lo que era la pintura, por consiguiente, lo que era pintar.



                                                     La Chata 1906 óleo sobre lienzo

En 1901, tras un año de divagación después de su regreso de París, sale el verdadero Nonell. Deja de lado los tonos calientes, que daban a su obra un carácter radiante, lleno de luz y en cierto sentido alegre, obras de juventud que respondían a un concepto un poco aburguesado, consecuencia de la estética modernista-impresionista. Y pasa a ser el Nonell al que hacemos referencia. Ya no hay dudas, sabe lo que hay, qué tiene que hacer y no admite otro mundo que el suyo. Todo esto queda reflejado en su pintura. Hace un viraje total y en menos de dos años pasa de la luminosidad a la tenebrosidad y libera su mundo de miseria y fealdad.

Este convencimiento de su personalidad y valía como artista, queda muy bien reflejado en el comentario que hace, en una de sus cartas enviadas desde París a Casellas dando cuenta de la impresión que le causaron los impresionistas franceses,
‘... lo de C. Monet, Degas, Pisarro, Manet, Renoir, etc., incluso lo encontré con poca sustancia, insuficiente. Ahora todo esto lo he visto con detención y me gusta mucho más que al principio, pero de todas maneras para mi no es tan grande como creía’, y acaba diciendo: ‘...Sunyer (que de pasada está muy bien y no le falta nada) como hace más tiempo que está aquí ha podido comprender mejor lo que digo y piensa lo mismo que yo.





                                                       Pobres esperando la sopa

Queda claro que, aproximadamente a partir de 1901, un tema domina sus cuadros: las gitanas. Ahora bien es difícil determinar si en la actitud de Isidre Nonell al preferir estas modelos tenía algo que ver alguna idea preconcebida a favor de los miserables y oprimidos. Se ha dicho, y no por pocos autores, que la temática de su obra es provocada por el ambiente que lo envuelve.


Que es una manera muy suya de protestar contra la sociedad en la que se educó, al pintar a los desheredados de la vida que son el ‘producto defectuoso’, por así decirlo, de su sociedad. También dicen, y eso es cierto, que no hace crónica social. La figura de la gitana no está en su medio cotidiano, pintoresco, lo que le aleja enormemente del romanticismo costumbrista. Pero creemos que eso no es cierto, o al menos no es lo que le lleva a pintar este tipo de personajes.
Para Nonell toda la pintura se reduce al color, pero no el color de las tonalidades exaltadas, sino el de las graves, no el que estalla superficialmente, sino el que parece emerger del fondo del cuadro. Eso es lo más importante para el pintor, mucho más importante que el dibujo (se le critica, no del todo injustamente, una cierta repetición de la pose de sus modelos y de escamotear algunos problemas de composición, tales como el pintar las figuras con la cabeza inclinada o escondiéndoles las manos). Lo que cuenta para Nonell, es la pintura en si misma desligada de cualquier significación





                                                            Gitano óleo sobre lienzo

En 1907 Nonell, atendiendo a las sugerencias Utrillo, realizó una exposición antológica en Barcelona, en un estilo de otros, en representación de las mujeres con vestidos hermosos, mostrando un aspecto más sensual de lo femenino universo. El gran éxito de esta exposición, sin embargo, fue efímero y Nonell volvió a su estilo tradicional.
Nonell fue un excelente diseñador. Fuera de sus temas normal, también fue colaborador de la revista satírica "Papitu" a partir de 1908.
 
En 1910, Nonell desarrolló sus doce fotos en "Nature morte" temas.
Nonell murió como consecuencia de la un tifus a la temprana edad de 38 en 1911.

Maribel Alosno Perez
17 agosto 2011

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