martes, 2 de agosto de 2011

LAOCOONTE



En la mitología griega Laocoonte (o Laoconte; en griego Λαοκόων Laokóōn) era el sacerdote de Apolo Timbreo en Troya, casado con Antiopa y padre de dos hijos. Según el relato de Virgilio en la Eneida, después de que los sitiadores aqueos hubieran simulado una retirada, los troyanos encontraron un caballo construido de madera en las puertas de Ilión.

Lacoonte pronuncia la famosa frase Timeo Danaos et dona ferentes (Desconfío de los dánaos (griegos) incluso cuando traen regalos), alertando a los troyanos de que podría ser una trampa, que dentro del caballo podía haber tropas aqueas y sugirió quemarlo, pero los troyanos no le hicieron caso. En su osadía lanzó palos en llamas para tratar de quemar el caballo de madera, en ese momento dos grandes serpientes emergen de las aguas y devoran a sus hijos; angustiado, se lanza a luchar contra las serpientes y también resulta devorado.

Virgilio explica que de la tradición se desprende que el castigo de Laocoonte se debe a la profanación que supone tratar de destruir un regalo a la deidad, razón por la cual nadie le creyó. Otra tradición dice que Laocoonte había roto la prohibición de Apolo al casarse y tener hijos. Otra fuente señala que Laocoonte habría profanado la imagen de Febo, cuando se unió en himeneo delante de la imagen.
Sin embargo también se aprecian claras diferencias con la escultura de Pérgamo: un rostro de Laocoonte más vibrante que el de los gigantes de Pérgamo, diferencias en la técnica del modelado de la cabellera y un papel poco importante de las ropas del grupo del Laoconte en comparación con el grupo de Pérgamo.

Este grupo escultórico era conocido por descripciones antiguas pero se creía perdido. Fue descubierto el 14 de enero de 1506 en una viña cercana a Santa María la Mayor, terreno propiedad de Felice de Fredis que se encontraba en el Esquilino romano, y que en tiempos antiguos había sido parte de la Domus Aurea de Nerón y luego del palacio del emperador Tito.  El papa Julio II envió al arquitecto Giuliano de Sangallo, quien junto a Miguel Ángel, identificó la escultura como la descrita por el autor romano Plinio el Viejo en su obra enciclopédica Naturalis Historia. Plinio escribió unos comentarios laudatorios sobre la obra que vio en el palacio del emperador Tito hacia el año 70:

Cuando fue descubierta le faltaban los brazos derechos de Laocoonte y de uno de sus hijos, y la mano derecha del otro hijo; también faltaban algunas partes de las serpientes. Se decidió restaurar el grupo escultórico y hubo controversia sobre cómo debería haber sido el gesto del brazo que le faltaba al padre. Miguel Ángel propuso restaurar el brazo del padre en posición de flexión; el artista llegó a realizar dicho brazo, pero no llegó a ponérselo y actualmente se expone junto al grupo escultórico
Atenodoro. La obra original era una fundición de bronce,la actual reconstrucción esta tallada en mármol. Mide 2 metros y 42 centímetros. Se encuentra expuesto actualmente en los Museos Vaticanos.

La escultura representa el instante en que el sacerdote (Laocoonte) y sus dos hijos son atacados por serpientes. Según los críticos de arte el conjunto escultórico representa la impotencia y el dolor sobrehumano. Teorizadores sobre el arte como Lessing han propuesto a partir del estudio del grito de Laocoonte una poética sobre el arte.

Maribel Alonso Perez
01 julio 2011

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