domingo, 29 de enero de 2012
Una mujer y dos niños junto a una fuente 1786 Francisco de Goya
Una mujer y dos niños junto a una fuente
Fecha: 1786
Óleo sobre lienzo.
Medidas: 35,5 x 18,5 cm
Colección Carmen Thyssen-Bornemisza
Este delicioso boceto es el estudio preparatorio para el cartón titulado tradicionalmente Los pobres en la fuente, pintado por Goya entre 1786 y 1787 para servir de modelo a uno de los tapices que habrían de decorar el Comedor de los Príncipes en el Palacio del Pardo, situado en los alrededores de Madrid.
De entre todas las escenas que forman el conjunto, concebidas por Goya con un sentido colorista y amable, como representación del ciclo vital de la naturaleza en las distintas estaciones, son sin duda en las dedicadas al invierno, donde Goya manifiesta por vez primera en este tipo de cartones decorativos una clara conciencia social de la realidad cotidiana de su entorno, que evolucionará hasta el dramatismo más extremo en su obra de madurez
Sin. embargo, en los estudios preparatorios elaborados por Goya de estas dos últimas composiciones, la interpretación de ambas varía radicalmente, ya que el primero representa Un albañil borracho, y no herido. Por su parte, el presente boceto muestra a una mujer joven, de rostro amable, acompañada por dos niños, seguramente sus hijos, que esperan pacientemente que se llene uno de los cántaros en el caño de la fuente. Uno de los muchachos, con sombrero y de espaldas, sujeta otro cántaro, mientras el más pequeño, con gesto lloroso, cruza sus brazos en señal de rabieta. Al fondo puede verse la silueta de una modesta casa
Nada. hay sin embargo en este pequeño boceto que indique la ambientación de la escena en la estación invernal; circunstancia que se transforma por completo en el cartón definitivo, con el que muestra notables diferencias. Así, en la obra final el paisaje aparece nevado, se añade un árbol con las ramas desnudas, que subraya la verticalidad de la composición y refuerza la sensación desapacible de frío, que además indica de forma evidente el niño pequeño, que se protege las manos con el calor de su cuerpo, ocultándolas bajo las ropas. También se suprime el tercer cántaro apostado junto a la fuente, que Goya coloca ahora en la mano izquierda de la mujer, mientras que en el boceto preparatorio dicha mano reposa en el hombro del niño, para consolar su llanto. Por otra parte, las ropas que visten los personajes son modestas, pero decorosas, rasgo que se acentúa en el cartón definitivo y que, aunque señala la condición humilde de la familia, están muy lejos de poder interpretarse como indigentes o pordioseros. En este sentido, recientemente se ha sugerido que este grupo sea la familia del albañil del cuadro compañero, introducidos ambos temas por Goya en la decoración de este salón, en alusión al decreto promulgado por Carlos III para atender a las víctimas en accidentes de trabajo y a sus familias
Por. lo demás, este boceto es bellísimo ejemplo de la primorosa exquisitez técnica utilizada por Goya en este tipo de obras de pequeño tamaño, con un tratamiento extremadamente delicado y atento de las figuras, ejecutadas con toques ligerísimos y vibrantes del pincel, que matiza con una extraordinaria sensibilidad sus rostros y vestiduras, como queda evidente en detalles tan mínimos como los cordones atados del niño pequeño, los flecos del pañuelo que la mujer lleva atado a la cintura o los efectos de la luz que modela su rostro
Maribel Alonso Perez
29 enero 2012
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