Salvador Dalí en 1939.
Fotografía de Carl Van Vechten.
Figueras, España
Figueras, España
«...que no conozca el significado de mi arte, no significa que no lo tenga...»
«La única diferencia entre un loco y yo, es que yo no estoy loco». Salvador Dalí
Salvador Domingo Felipe Jacinto Dalí y Doménech nació en Figueras (Girona), el 11 de mayo de 1904, en una familia burguesa, un año después de que muriera su hermano también llamado Salvador. A los diez años ya dibujaba y pintaba con mucha regularidad, sobre todo retratos de miembros de su familia y paisajes. Al igual que en su pintura, fue un prolífico escritor buscando explicar en primera persona los fundamentos de su vida y de su obra. Sus primeros artículos aparecieron en 1919 en la revista local "Studium"; redactó la sección "Los grandes maestros de la pintura" y allí reflejó sus modelos de referencia: Velázquez, Goya, El Greco, Durero, Leonardo da Vinci y Miguel ángel.
En 1922 ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, donde estudió hasta 1926, cuando fue expulsado de forma definitiva. Por esos años se instaló en la Residencia de Estudiantes, donde hizo amistad con futuras personalidades como Luis Buñuel, Federico García Lorca, José Bello, José Moreno Villa, etc. Ese grupo era, según Dalí, "estridente y revolucionario".
Desde 1927 su pintura, hasta ese momento influida por el cubismo y la pintura metafísica, se adscribió al surrealismo. En 1929 ingresó en el grupo surrealista parisino, y fue considerado uno de sus miembros más renovadores. Su pintura de esa época se caracterizó por la maleabilidad de los objetos sólidos, las alusiones sexuales y las yuxtaposiciones de formas.
Los cuadros de 1928 y comienzos de 1929 fueron de plena experimentación; en ocasiones utilizó arena o corcho. En 1928 colaboró con Luis Buñuel en la película "Un perro andaluz". En 1929 expuso por primera vez en París; se trató de la muestra individual que le organizó la Galería Goemans, donde presentó entre otros lienzos, "El enigma del deseo" y "El gran masturbador".
Tanto Dalí como los surrealistas mostraron un enorme interés por las teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud. Además del interés científico, les atraían las posibilidades artísticas que podía tener así como la importancia del inconsciente como fuente inagotable de imágenes poéticas. Con el tiempo Dalí consideró que el surrealismo estaba demasiado anclado en la escritura y pintura automáticas; fue entonces cuando desarrolló su propia interpretación del mismo, en el llamado "método paranoico-crítico", inspirado en un mundo de fantasía onírica y delirante, que definió como "método espontáneo de conocimiento irracional basado en la asociación interpretativa crítica de fenómenos delirantes".
Su fama extrema
En el verano de 1929 conoció a Gala (Helena Diakonoff), que había sido invitada a Cadaqués junto a su marido, el poeta Paul Eluard. A partir de ese momento, la relación entre Dalí y Gala se hizo inquebrantable, de modo que ella decidió separarse de su marido.
En 1930 colaboró nuevamente con Luis Buñuel en el guión de "La edad de oro". Por esa década Dalí comenzó a ser un personaje público (famoso ya era desde hacía años) y esa ascensión se pudo reflejar en la portada que le dedicó la revista "Time" el 14 de diciembre de 1936. Su siguiente ámbito de acción fue Estados Unidos; allí, el galerista Julian Levy le organizó, entre 1933 y 1939, cinco muestras individuales. De 1940 a 1948 vivó en ese país, realizando conferencias, diseñando joyas y trabajando para los estudios de Hollywood.
Su relación con el grupo surrealista concluyó por esos años. Pero su expulsión definitiva se produjo en 1941, cuando André Breton descalificó su vuelta al clasicismo tildándolo de retórico y académico. En Estados Unidos organizó múltiples actos, que le dieron fama y dinero. Realizó campañas publicitarias para prestigiosas revistas como "Vogue", diseñó y creó el pabellón "El Sueño de Venus" para la Feria Mundial de 1939, dibujó figurines y escenarios para obras de teatro, etc.
A partir de 1948 desarrolló en Port Lligat casi toda su obra, dedicada en su mayoría a Gala, a quien representó como virgen en la "Madona de Port Lligat", cuadro que regaló al papa Pío XII. Desde entonces comenzó a hacer una serie de obras repetitivas con el único fin de ganar mucho dinero.
Maribel Alonso Perez
10 febrero 2012
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