Conocida también como Tribunal de un caíd, El cepo o Los supliciados, el asunto de esta excepcional pintura se desarrolla en la Alhambra. Es la única obra orientalista del pintor situada en este palacio granadino que fue acabada, y en ella consiguió unir magistralmente el tema moruno con la plasmación de los efectos lumínicos que tanto le interesó durante su estancia en Granada. El pintor trasladó a la tela un recinto arquitectónico centrado por una pila redonda en el suelo y en el que se abre una sucesión de arcos decorados con yeserías que conducen a unos ambientes sombríos recubiertos por cerámicas de colores. En último término se abre la sala donde se encuentran los cadíes, encargados de administrar justicia, iluminada por una ventana geminada a través de la cual se puede ver la vegetación de la zona. En primer plano se sitúan los acusados, tumbados y con los pies sujetos por un amplio cepo de madera.
Uno de los aspectos más interesantes de esta composición es la perfecta sensación de perspectiva creada a través de la sucesión de arcos en profundidad, utilizando como punto de fuga de estas pronunciadas líneas la ventana del fondo. Asimismo, resulta igual de interesante el efecto compositivo producido por el contraste lumínico entre la zona de primer plano y el fondo; Fortuny utilizó una luz de gran potencia que crea acentuadas diferencias entre las diversas zonas.
En esta pintura, Fortuny empleó una pincelada suelta, pequeña y rápida, interesándose por todos los detalles posibles pero sin caer en la copia exacta, buscando sólo la insinuación, una de las más espectaculares virtudes de del artista. En la perfecta conjunción de color y luz, esta obra delata ecos del impresionismo francés.
1871
Óleo sobre lienzo, 75,2 x 59 cm.
Figueres, Fundado Gala-Salvador Dalí
Maribel Alonso Perez
09 julio 2011
Me encanta esta pintura Es realmente preciosa
ResponderEliminarMercedes Tamara Lempicka 15 julio 2011