Pintor alemán que lleva largos años residiendo entre nosotros, Ulrich Wolf es un estudioso de la luz; la analiza y la convierte en razón y argumento de su obra. Poco importa el tema, siempre desarrollado dentro de un realismo absoluto; lo que se impone un punto en el que nace la luz que va extendiéndose, perdiendo intensidad y creando un eje poderoso y fuerte. Su dibujo, excepcional, se une al color; le basta, a veces, un simple vaso de agua o un viejo fanal de resonancias árabes; otras las flores o el paisaje. Pero la luz es lo que confiere una atrayente magia a su obra.

Nació Widman en Gävle, Suecia; estudio de 1966 a 1971 en la Escuela de Bellas Artes de Hoveskou, en Gotebog y también estudío escultura junto a Arvid Bryth. Un día descubrió las islas Baleares y no se lo pensó mucho; desde 1992 reside en Alcúdia y crea su obra bajo el sol del Mediterráneo, cosa que es más cómoda, climáticamente, que hacerlo bajo el frío del norte europeo.
Cultiva Peter Widman el informalismo; pero no es uno más, no es de los que llena telas a lo loco. Hay algo que le distingue y diferencia. No basta con una simple mirada para captar sus obras, hay profundidad en ellas, hay algo especial. Posiblemente sea la compensación de las zonas de color que une a la luz; sus cuadros, no en vano es también escultor, juegan con el concepto no sólo del volumen sino también con el del relieve óptico. No importa lo que quiera expresar, en realidad sentimientos y emociones.
Pintor de soluciones vigorosas, empastadas y líricas; utiliza con frecuencia la espátula para expresarse, para sugerir. Y en ocasiones, como en el presente caso, es más que suficiente para que el espectador se sienta satisfecho.




Blonda con lámpara

Enero 1998 Estudio (Barcelona)

En silencio, sin oropeles, Ulrich Wolf viene realizando, desde hace ya años, una labor pictórica densa. Se trata de un arquitecto alemán que hace lustros eligió Cataluña como su lugar de residencia y a la pintura como razón de su vida. Es la suya una obra de realización lenta y que goza de seguidores que la esperan. Por ello queda fuera de los circuitos habituales de exposiciones ya que desde hace tiempo le resulta imposible reunir la obra precisa para una muestra.
Wolf ama la pintura precisa, exacta; es un descritor realista que confiere a sus obras un toque especial gracias a la luz. Es un enamorado de los efectos luminosos, de las transparencias, de los cristales, de las telas que brillan suavemente cuando la luz la acaricia. Son composiciones en las que acentúa un leve barroquismo, preocupado siempre por los problemas de composición. Sus cuadros nacen del análisis, del estudio, de planteamientos cerebrales; importa por encima de todo la problemática técnica y la resolución de los problemas que se plantea. Se recrea en los detalles, posee la perfección del miniaturista de buena ley y por ello puede hacerlo; no cae en efectismos, pero encuentra el predominio de la luz sin forzarla.
Wolf realiza una pintura intemporal, eterna. Sólo depende de la elevada cota de calidad que alcanza.

 

Playa Aro

Septiembre 1994 - Agora 3 (Sitges)

La opción dramáticamente onírica y surrealizante que nos ofrece el artista polaco Ladislav María Wagner revela un temperamento creador cuya capacidad inventiva se manifiesta y evidencia al contemplar sus obras que presente bajo el sugerente título “Metamorfosis”.
En el espacio mental expresado por el pintor hay gritos en el silencio, pánico general, dramatismo intenso, omnipresente y una calidad inventiva realmente ejemplar. Diferentes elementos son unidos por Wagner haciendo aparecer una nueva realidad que entronca directamente con los sueños convertidos en llamada plástica de atención sobre lo que nos rodea. En realidad, su pintura es un grito de protesta expresado a menudo de manera grave y trágica.
Sobre un dibujo preciso Wagner desarrolla su teoría del color y de la técnica puesta al servicio de convertir su obra en expresión de sentimientos, de ideas.

Si algo caracteriza a Ulrich Wolf, es la entrega diría que monacal a la pintura, el culto reverencial y obsesivo que rinde a la realidad. Es un detallista absoluto que deja a un lado la frialdad de hiperrealismo y consigue otorgar acento cálido a sus exhibiciones pictóricas. Al mismo tiempo conoce el secreto de la luz y lo acentúa, juega con ella, crea transparencias, suaves sombras, en un despliegue de posibilidades y la convierte en un verdadero espectáculo pictórico, alcanzado unos resultados fuera de serie. Todo es consecuencia de una entrega total, de dedicar, sin prisas ni pausas, a cada cuadro el tiempo que requiere.

 

Niños

Realismo absoluto el de Ulrich Wolf. Y más allá de la realidad, la atmósfera, el juego de luces que se van diluyendo, un punto central en el que una vela, una lámpara o un simple reflejo se convierten en el punto central de la obra. Le basta con la luz para cautivar. Pintura realizada con técnica absolutamente perfeccionista, mimada, cultivando calidades, sabiendo que todo es importante. Ulrich Wolf, que lleva largos años radicado entre nosotros, ama el silencio, la quietud; desaparece de escena y deja que sea su obra la que por él hable. El resultado es siempre espectacular.


ULRICH WOLF (Gal Art 283 Octubre 2007)
L’Escala d’Art (Sitges)

Un mínimo punto de luz es suficiente para que se produzca el milagro. Ulrich Wolf ha aprendido, -por haber estudiado profundamente a los maestros de la luz, Rembrandt el primero de ellos- a convertir cada uno de sus cuadros en un milagro lumínico. Wolf, pintor alemán radicado en Cataluña, -arquitecto que abandonó la arquitectura por la pintura-, cultiva una pintura minuciosa, detallista, precisa, con el toque de miniaturista; obra de realización paciente, minuciosa, mimada, en la que se plantea problemas y los resuelve.

 

Lámpara con partitura

La luz es un poderoso imán que atrae la atención y el interés de Ulrich Wolf, pintor alemán que lleva largos años radicado entre nosotros. Es un artista minucioso, perfeccionista, libre, entregando a cada una de sus obras el tiempo que precisan, que es mucho. Pintor de detalle absoluto, de perfección, rimando el tema siempre desde un punto central de luz y a partir de allí desarrollando toda una teoría de claroscuros. Hace suya una realidad especial, compone sus telas centrado en el misterio de lo lumínico y a través de ello nos ofrece el descubrimiento de la gran verdad de la pintura, que es pura y simplemente saber pintar. Y él sabe.

Dicen los médicos, que hay que abandonar el tabaco. Pero White tiene las ideas claras. Afirma que “la vida puede ser una mierda pero con un cigarrillo en la mano puedo resistirla”. Si tiene razón o no ya llegará a otras conclusiones, pero por el momento convierte el humo del cigarrillo, el ambiente de los fumadores, en tema y argumento de su obra, explicada a través de un expresionismo de alegre colorido, incluido el collage, hasta alcanzar una obra compleja en la que partiendo de la realidad alcanza dicción propia.

 

Cesto de feria

Ulrich Wolf se mantiene ajeno a las modas de vanguardia, su obra se puede definir como pintura hiperrealista que transmite un mensaje intimista y poético a través de la espiritualidad de la luz y la fuerza sugestiva del color. Así lo afirma la crítica especializada que ha opinado sobre su obra, como J. Llop de la revista de arte "Gal-Art", J. Cadena del Periódico, F.Gutiérrez de la Vanguardia y otros críticos destacados de Madrid, Málaga y de Renania-Palatinado.
Ha expuesto diversas veces en su tierra natal (Alemania), y también en Madrid (Torres-Begué) y en Málaga (Benedito).
Con frecuencia presenta su obra en Cataluña , en exposiciones individuales y colectivas como : Barcelona (Jaimes, Augusta, El Corte Inglés,Gaudi), Sitges ,Gerona, Blanes (Arcada), Bellver de la Cerdaña, etc.
También participó en los concursos: Premio Valentí de Sitges (1994/1996) y Premio Vila de Palamós (1994) donde fue seleccionado.


Maribel Alonso Perez
05 julio 2012