Pintura de Howard Behrens

Pintura de Howard Behrens

miércoles, 12 de octubre de 2011

Calle de París en un día de lluvia 1877 Gustave CAILLEBOTTE

“Calle de París en un día de lluvia”, 1877
                                                       Gustave CAILLEBOTTE
                                                       212 x 276 cm
                                                       Art Institute of Chicago

El pintor francés, más conocido por mecenas de los artistas impresionistas, que como pintor de ésta corriente; representa un tema realista del París del siglo XIX.  Caillebotte nunca vendió ningún cuadro de los que pintó, debido a que no lo necesitaba, ya que era un hombre adinerado. Sus cuadros son conocidos tras su temprana muerte, y la venta de los mismos por parte de su familia desde 1950. Así, la obra que expondremos a continuación fue adquirida en 1964, por el Art Institute of Chicago. Siendo una pintura de 212 x 276 cm, que muestra un paisaje urbano; una encrucijada de calles de la capital francesa, en una tarde de invierno; en la cual podemos comprobar las anchas avenidas, las grandes perspectivas, uniformidad en las fachadas de las viviendas… es el paisaje urbano del siglo XXI, pero establecido en época del artista, es decir, el París de cuando era nuevo y moderno.

El título de la pintura atiende únicamente a una calle, en París, pero se observan varias. De hecho son reales, es decir, la acción del cuadro se desarrolla de manera real, en un lugar determinado de París, comprobable como verán mas adelante en la imagen actual. Son varias las calles que confluyen en un punto, lo que sería la Plaza de Dublín. Caillebotte conocía esta nueva zona, en su época, ya que estas vías se trazaron cuando el artista era joven, en una colina poco urbanizada, que se disponía hasta los límites de París, en una zona en la que principalmente vivía la alta burguesía parisina. Como sabrán, esta ampliación y urbanización de París, fue obra del Barón Georges Eugène Haussmann, por orden de Napoleón III, ya que debido a la arquitectura medieval de ésta zona, se habían generado enfermedades que habrían diezmado a la población parisina de la época. Se busca un resurgimiento en la zona, que se ve habitada por la alta sociedad; debido a que se generan calles amplias en las que habría edificios monumentales en fachada y en interior.

                                         

Esto sería lo que refleja la pintura de Caillebotte, esa encrucijada de varias calles amplias (bulevares), y la monumentalidad de la arquitectura de la época. Se conoce, según la familia de Caillebotte, que el pintor realizó los primeros esbozos para este cuadro desde un ómnibus, un medio de trasporte de grandes dimensiones tirado por caballos. Ésta disposición hace que Caillebotte eligiera un ángulo visual que le permitió realizar una pintura casi geométrica.

En el centro de la imagen se dispone una farola de gas de hierro, que se desarrolla hacia el suelo mojado por la lluvia con su sombra, éste elemento refleja la fabricación industrial, así como la concepción urbana que Haussmann había realizado. Así mismo, ésta farola es un elemento distribuidor del espacio para generar las escenas. Horizontalmente, existe una línea ficticia, que sería la que uniera todas las cabezas de los personajes que están dispuestos en la parte más posterior del cuadro, creándose una composición simétrica en ángulo.

Sin embargo, ésta disposición, se contrarresta de varias formas, como la acentuación de la perspectiva disponiéndose unos viandantes más pequeños, así los arcos generados por los paraguas contrastan con el juego de líneas rectas dispuestos por los edificios y los personajes. La imagen se asemeja a una fotografía, ya que capta una instantánea de la vida cotidiana parisina, visible en el transeúnte de la derecha, de espaldas al espectador, aparece cortado su figura, como si de una fotografía se tratara, y no de una pintura concebida con minuciosidad.



La pintura muestra la realidad de los habitantes de París, pero no muestra el París alegre y social como en otras obras de ésta época y estilo; sino todo lo contrario. Los personajes que aparecen en la obra van solos y no posan, sino que discurren por las avenidas de manera rápida y cautelosa; protegiéndose de la lluvia y de los otros transeúntes.

Realizado en colores oscuros, predominio de los tonos grisáceos, marrones, negruzcos,… debido a que se establece la relación en un día de lluvia; destaca un punto de luminosidad. El único punto de éste cuadro, será la perla que adorna el lóbulo izquierdo de la dama que aparece a nuestra derecha. Brillando más que la camisa blanca de su acompañante. El tratamiento de estos personajes es de lo más natural, los dispone caminando hacia el espectador, para hacernos entrar en el cuadro mediante la perspectiva y la situación cercana a los personajes.  Además, el detallismo de éstos personajes es bastante notable, ya que el resto de figuras tienen rostros difuminados por la perspectiva; por lo que podemos pensar que ambos rostros fueran retratos, aunque se desconoce de quien podría ser.

Como buen hombre de su momento y de su movimiento artístico, Gustave Caillebotte, introduce un elemento transgresor, que para nosotros es algo sencillo en nuestra vida cotidiana: el paraguas. Éste instrumento es inventado en Reino Unido apenas tres años antes de la concreción de la pintura, en Sheffield por Samuel Fox; por ello Caillebotte, que aspiraba a ser tan moderno como los demás compañeros de su estilo, elimina muchos elementos del pasado y presenta las novedades para el futuro.

Otro detalle que no podemos dejar escapar es el relacionado con los personajes; los principales, dispuestos en primer plano, miran hacia su derecha sin que nosotros sepamos a qué o a quien. Incluso visualizando el resto de personajes, destaca que nadie mira a los demás; es decir, no hay una interrelación de personajes, son individualistas. Los personajes caminan por París pensando en sus quehaceres y caminando rápido para evitar mojarse por la lluvia.

La pintura, denominada con varios nombres como Calle de París, día lluvioso es también denominada como La plaza de Europa, en tiempo lluvioso. Esta pintura es única entre las obras de Caillebotte, debido al uso de colores planos y un efecto realista, dotando de unas nuevas características a la pintura, asimilándolo al pintor estadounidense de estilo realista Edward Hopper.

Maribel Alonso Perez
12 octubre 2011
http://youtu.be/8AvrgyUYYMo

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