Autorretrato con pincel (1913)
Sus creaciones tuvieron un significado muy importante para la transición del arte del siglo XIX desde el Modernismo Clásico hasta la época del gobierno de Guillermo II y de la República de Weimar. Propició estos cambios como presidente de la Secesión de Berlín. Desde 1920 hasta 1933, dirigió la Academia de las Artes de Prusia, antes de renunciar a la política del arte a causa de las influencias nacionalsocialistas. Pasó los dos últimos años su vida aislado, por voluntad propia, en su natal Berlín.
Pintor alemán de origen judío. Fue uno de los representantes del Impresionismo en Alemania y lideró la pintura de dicho país durante más de 30 años. Hijo de una familia de negociantes de Berlín, estudió leyes y filosofía pero luego se decidió a estudiar pintura (en París y Holanda). Pasó por Barbizon, donde absorbió influencias del Realismo y del Impresionismo; coleccionó pinturas de importantes maestros de la época. También viajó a Holanda, donde estudió a los viejos maestros como Rembrandt, Frans Hals y Adriaen van Ostade.
Hacia 1920 fue presidente de la Academia de las Artes de Prusia, cargo al cual renunció en 1932 por la discriminación que existía hacia los pintores judíos. El régimen de Hitler le incluyó en las listas de arte degenerado, considerado pernicioso y que fue purgado de los museos públicos alemanes.
El primer óleo de gran formato de Liebermann, “Die Gänserupferinnen” (mujeres desplumando gansos), fue creado en los meses siguientes a su regreso. La pintura, realizada con matices oscuros, muestra la no tan popular y prosaica tarea de desplumar gansos. En ella, Liebermann plasmó, junto con el naturalismo de Munkászy, elementos de la pintura de historia. Al ver la obra de Liebermann, incluso antes de terminada, su maestro se despidió de él expresando que a su parecer ya no había nada más que pudiera enseñarle.
Cuando en 1872 Liebermann presentó su lienzo en la exposición de arte en Hamburgo causó aversión y conmoción en los asistentes debido al extraño tema de su pintura. Si bien las críticas elogiaban su hábil forma de pintar, llegó a dar la imagen de ser el “pintor de lo feo”. Ese mismo año, su obra se exhibía en Berlín y aunque chocaba con opiniones similares, se encontró con un comprador, el magnate ferroviario Bethel Henry Strousberg.
El arte de Liebermann es considerado en Alemania como “Schmutzmalerei” (pintura sucia). Por ello, su segundo trabajo de gran formato, “die Konservenmacherinnen” (Mujeres que fabrican conservas), lo llevó a la gran Exposición anual en Amberes, en donde también encontró dos interesados en comprar su pintura. Liebermann había encontrado su primer estilo: pintar personas que trabajan de forma realista y no sentimental, sin condescendiente misericordia ni idealizado romanticismo, tampoco necesitaba convertirlo en una denuncia pública. En sus motivos se distinguía una dignidad natural y no necesitaba disimular nada.
En 1920 fue electo presidente de la Académia prusiana de las Artes. En el 1933, con la subida al poder de Adolf Hitler, y con la consecuente política antisemita, comenzaron las persecuciones nazis contra él: después de que se le prohibió pintar y después de que la Académia decidió no exponer más cuadros de hebreos, fue obligado a dimitir y fue incluido entre los representantes de las artes degeneradas.[1] Moriría algo más de un año más tarde, el 8 de febrero de 1935, a los 87 años de edad.
Maribel Alonso Perez
25 agosto 2011
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