Pintura de Howard Behrens
miércoles, 21 de septiembre de 2011
Guillermo Pérez Villalta 1948 Arquitecto, Escultor y Pintor
El Discurso de la Verdad 1978
Guillermo Pérez Villalta (Tarifa, 12 de mayo de 1948) es un pintor, arquitecto y escultor español, integrante de la nueva figuración madrileña y uno de los pintores más representativos del posmodernismo en España. Algunas fuentes le incluyen en una corriente que llaman neomanierismo.
Comenzó a estudiar Arquitectura, una disciplina que ha seguido influenciando su obra pictórica si bien abandonó los estudios para pintar.
En 1968 se trasladó a Madrid, donde en la década de 1980 se le consideró integrante de la llamada movida madrileña. Ya en los 70 conformó un estilo «manierista» de colorido algo chillón y figuras deformadas en contorsiones que recuerdan a viejos maestros italianos. A mediados de los 80, evolucionó hacia un colorido más cálido y «sucio», con una técnica más suelta que recuerda a Tiziano y Velázquez. Posteriormente se han ido apreciando calidades más dibujísticas, propias del Quattrocento italiano: Piero della Francesca, Mantegna, etc. Es un artista siempre fiel al estudio de la tradición, con tendencia a una ornamentación abigarrada y a una exuberancia que inspira optimismo (o nostalgia por un pasado idealizado).
El Pozo 1986
Frente a los típicos valores propugnados por la modernidad abstraccionista (autenticidad de los materiales y pureza formal), la pintura de Villalta es de naturaleza totalmente narrativa, como se aprecia en sus obras Grupo de personas en un atrio (1976; Museo Reina Sofía de Madrid), Gente a la salida de un concierto rock, La pintura como vellocino de oro (1981-1982), Historia Natural (1987), Sansón y Dalila y Santuario (1996).
Su interés por temas mitológicos y religiosos (presentados con una audacia casi irreverente) le distingue de la corriente mayoritaria de la pintura actual; en 1982 diseñó una baraja española donde sustituyó las figuras habituales por dioses y santos desnudos. El Rey de Oros era una fusión de Cristo y Baco.
Defensor de la belleza como disfrute y como «necesaria para vivir», Pérez Villalta no oculta su afán por lo ornamental (en oposición al arte minimalista) y aunque a veces sea provocador y roce el escándalo, sigue métodos de diseño y producción tradicionales: múltiples bocetos, técnica depurada de lenta ejecución... Acusa influencias dispares y se confiesa admirador no sólo de maestros antiguos, sino también de Giorgio de Chirico, Marcel Duchamp y Dalí.
Guillermo Pérez Villalta, Ícaro o el peligro de las caídas (1980). Barcelona, Fundación Caixa de Cataluña
Pérez Villalta realiza pintura figurativa de fuerte contenido biográfico y en sus obras se aprecia su preocupación por el espacio y la distribución de los objetos en el cuadro.
Comentarios de Guillermo Pérez Villalta:
«Los cuadros están hechos para estar en lugares de meditación»
«El azar es orden en el tiempo»
«Decirle a alguien ¡qué joven estás! Es también una manera de decirle: ¡qué viejo eres!»
«El 80 por ciento del arte contemporáneo son chorradas»
«Ahora o se reconstruye lo que hay o se hace nuevo, pero ¿por qué no podemos hacer un altar contemporáneo con piezas del Renacimiento?», se cuestiona.
Kursaal de Algeciras, obra de Guillermo Pérez Villalta
Además de pintar, Villalta trabaja la escultura y la cerámica, ha ilustrado libros y ha creado escenografías para teatro.Se define como artífice, «el artesano, el que crea arte».
Está presente en las mejores colecciones: Museo Reina Sofía de Madrid, Museo de Bellas Artes de Bilbao, Fundación Juan March de Palma de Mallorca, Fundación Suñol de Barcelona, Patio Herreriano de Valladolid... En 1985 recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas.
Maribel Alonso Perez
21 septiembre 2011
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