La pintora María Gutiérrez Cueto, más conocida como María Blanchard, nació 6 de marzo de 1881 en Santander. Su padre era director del periódico El Atlántico y su madre era de ascendencia polaca y francesa. María adoptó el apellido Blanchard de su abuelo materno.
A causa de un accidente que tuvo su madre durante el embarazo, María nació con una deformidad física en la columna, era jorobada. Por este motivo, padeció continuas burlas desde la infancia que le afectarán psicológicamente el resto de su vida. La pintura será su gran evasión.
Creció en un ambiente familiar culto, es su padre quien hace despertar su interés por el arte. En 1903 se trasladó a Madrid para comenzar su formación con los pintores Emilio Sala, Fernando Álvarez de Sotomayor y Manuel Benedito.
Su enfermedad, hace que rehuyera obsesivamente, por lo que apenas existen fotografías de la artista. Tan amante de la belleza, sufría con su deformidad hasta un grado impresionante, escribe su prima Josefina de la Serna. Menudita, con su pelo castaño despeinado en flotantes Abuelos, con su mirada de niña, mirada susurrante de pájaro con triste alegría. Algunas de sus palabras: no tengo talento, lo que hago lo hago sólo con mucho trabajo o cambiaría toda mi obra... por un poco de belleza, reflejan su propia opinión sobre su físico y su obra.
Su padre le inculca el amor y el conocimiento del arte, cultivando desde su más temprana edad sus dotes para el dibujo y su extraordinaria sensibilidad
Animada por los suyos emprende decididamente el camino del arte trasladándose en el año 1903 a Madrid donde comienza el desarrollo de su verdadera vocación. Sus primeros pasos vacilantes se dirigen al estudio de Emilio Sala, cuya precisión en el dibujo y exuberancia en el color influirán en sus primeras composiciones. En Madrid siente el rechazo de una sociedad cerrada.
Estudió en el año 1906 con Álvarez de Sotomayor y empieza a exponer en Bellas Artes. Dos años más tarde concurre de nuevo, consiguiendo tercera medalla de pintura con la obra Los primeros pasos. Ese año entra en el taller de Manuel Benedito. La diputación de Santander y el Ayuntamiento de dicha ciudad la conceden unas becas que utilizaría para prosegir sus estudios en París y convertirse en la pintora que todos conocemos.
María se siente agotada física y psíquicamente. Gómez de la Serna relata este momento: " María, fuerte en su estatura contrahecha, ha minado su naturaleza, que cae enferma con una enfermedad de consunción que no hay quién pueda atajar. ´"Si vivo voy a pintar muchas flores", fueron sus útimas palabras de deseo artístico, pero el 5 de abril de 1932, cuando los trenes azules del Sur llegaban llenos de flores, murió la mas grande y enigmática pintora de España".
Maribel Alonso Perez
27 mayo 2011
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