Pintura de Howard Behrens

Pintura de Howard Behrens

jueves, 1 de septiembre de 2011

Pablo Ruiz Picasso 1881 - 1973 (Málaga, España)


Picasso nació en Málaga el 25 de octubre de 1881, hijo de María Picasso López y del profesor de arte José Ruiz Blasco. Hasta 1898 siempre utilizó ambos apellidos para firmar sus obras, pero alrededor de 1901 abandonó el primero para utilizar desde entonces sólo el apellido de la madre. Picasso se pone de manifiesto desde los 10 años, cuando hizo sus primeras pinturas, y a los 15 aprobó con brillantez los exámenes de ingreso en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, con su gran lienzo Ciencia y caridad (1897, Museo Picasso, Barcelona). Con este mismo cuadro obtuvo la mención honorífica en la exposición de Bellas Artes.

Entre 1900 y 1902 Picasso hizo tres viajes a París, estableciéndose finalmente allí en 1904. El ambiente bohemio de las calles parisinas le fascinó desde el primer momento, mostrando en sus cuadros la gente en los salones de baile y en los cafés la asimilación del postimpresionismo de Paul Gauguin y del simbolismo de los pintores nabis. Los temas de la obra de Edgar Degas y Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec, así como el estilo de este último, ejercieron una gran influencia sobre Picasso. El cuadro Habitación azul (1901, Colección Phillips, Washington) refleja el trabajo de ambos pintores y, a la vez, muestra su evolución hacia el periodo azul, así llamado por el predominio de los tonos azules en las obras que realizó durante estos años. En ellas reflejará la miseria humana, con trabajadores extenuados, mendigos, alcohólicos y prostitutas.
Poco después de establecerse en París en un desvencijado edificio, Picasso conoce a su primera compañera, Fernande Olivier. Con esta feliz relación Picasso cambió su paleta hacia tonos rosas y rojos; los años 1904 y 1905 se conocen, así, como periodo rosa. Sus temas se centraron en el mundo del circo, que visitó con gran asiduidad, creando obras como Familia de acróbatas (1905, National Gallery, Washington). En la figura del arlequín, Picasso pintó su otro yo, práctica que repitió también en posteriores trabajos.





De su primera época en París datan su amistad con el poeta Max Jacob, el escritor Guillaume Apollinaire, los marchantes Ambroise Vollard y Daniel Henry Kahnweiler y los ricos estadounidenses residentes en Francia Gertrude Stein y su hermano Leo, quienes se convirtieron en sus primeros mecenas. Todos ellos fueron retratados por el pintor. En el verano de 1906, durante una estancia de Picasso en Gósol, España, su obra entrará en una nueva fase marcada por la influencia del arte griego, ibérico y africano. El célebre retrato de Gertrude Stein (1905-1906, Metropolitan Museum of Art, Nueva York) revela un tratamiento del rostro en forma de máscara. La obra clave de este periodo es Las señoritas de Avignon (1907, Museo de Arte Moderno, Nueva York), tan radical en su estilo que no fue comprendido, incluso, por los críticos y pintores vanguardistas de aquel momento. Frente a la pintura tradicional, Picasso rompe en esta obra con la profundidad espacial y la forma de representación ideal del desnudo femenino, reestructurándolo por medio de líneas y planos cortantes y angulosos.
 
Guernica

Inspirados por el tratamiento volumétrico de las formas pictóricas de Paul Cézanne, Picasso y Georges Braque pintaron en 1908 una serie de paisajes dentro de un estilo que un crítico describió después como si hubieran sido hechos a base de "pequeños cubos", imponiéndose así el término cubismo. Entre 1908 y 1911 trabajaron en estrecha colaboración dentro de esta línea de descomposición y análisis de las formas, desarrollando juntos la primera fase del cubismo, conocida como cubismo analítico. La paleta monocromática prevaleció en estas representaciones de motivos totalmente fragmentados, mostrados de modo simultáneo desde varios lados. Los temas favoritos de Picasso fueron los instrumentos musicales, las naturalezas muertas y sus amigos, entre los que destaca el retrato de uno de sus marchantes Daniel Henry Kahnweiler (1910, Art Institute, Chicago). En 1912 realiza su primer collage, Naturaleza muerta con silla de paja (Museo Picasso, París), combinando pasta de papel y un trozo de hule sobre un lienzo pintado sólo en algunas zonas, que representa un vaso, un periódico, una pipa, una ostra y un limón. Esta técnica señala la transición hacia el cubismo sintético. Esta segunda fase del cubismo es más decorativa, y el color juega un papel más predominante e importante, aunque nunca de manera exclusiva. Dos obras de 1915 demuestran la simultaneidad de estilos que utilizó: Arlequín (Museo de Arte Moderno) es un cuadro cubista sintético, mientras que un dibujo de su marchante, Vollard (Metropolitan Museum of Art), está realizado dentro de lo que se conoce como estilo ingrista, así denominado porque emula las formas artísticas del pintor francés Jean August Dominique Ingres. De 1923 es su Arlequín con espejo (Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid). Obra de su llamado periodo clásico (1921-1925), anunciado, en parte, en los dibujos ingristas y consecuencia de su estancia en Italia en 1917.
Mujer frente al espejo
El busto de bronce de Fernande Olivier (también llamado Cabeza de mujer, 1909, Museo de Arte Moderno) muestra la consumada habilidad técnica de Picasso en el tratamiento de las formas tridimensionales. También realizó conjuntos -como Mandolina y clarinete (1914, Museo Picasso, París)- formados por fragmentos de madera, metal, papel y otros materiales, explorando con ello las hipótesis espaciales planteadas por la pintura cubista. Su Vaso de ajenjo (1914, Museo de Arte Moderno) es una escultura en bronce coloreada que representa un vaso de ajenjo sobre el que aparece colocada una cucharilla de plata y la reproducción exacta de un terrón de azúcar; tal vez se trate del ejemplo más interesante de escultura policromada cubista realizado por Picasso, anticipando con ella tanto sus posteriores creaciones de objetos encontrados del tipo Mandril y joven (1951, Museo de Arte Moderno), como los objetos Pop art de la década de 1960.
Durante la I Guerra Mundial, Picasso viajó a Roma para realizar los decorados de los ballets rusos de Sergei Diáguilev. Conoció allí a la bailarina Olga Koklova, con la que se casó poco después. Dentro de un estilo realista, figurativo, en torno a 1917 Picasso la retrató en varias ocasiones, al igual que a su único hijo legítimo, Pablo (por ejemplo en Pablo vestido de Arlequín, 1924, Museo Picasso, París) y a sus numerosos amigos. A comienzos de la década de 1920 pintó una serie de cuadros con figuras robustas, pesadas, escultóricas, dentro del que se ha denominado estilo ingresco, como por ejemplo Tres mujeres en la fuente (1921, Museo de Arte Moderno) y obras inspiradas en la mitología como Las flautas de pan (1923, Museo Picasso, París). Al mismo tiempo creó también extraños cuadros de bañistas inflados e informes, con cabezas muy pequeñas y grandes cuerpos, así como retratos de mujeres en actitudes violentas, convulsas, indicando a menudo con ellas sus propias tensiones vitales. Aunque siempre declaró que no era surrealista, en muchos de sus cuadros se pueden apreciar cualidades y características propias de este movimiento artístico, como en Mujer durmiendo en un sillón (1927, Colección Privada, Bruselas) y Bañista sentada (1930, Museo de Arte Moderno). Varios cuadros cubistas de comienzos de la década de 1930, en los que predomina la armonía de líneas, el trazo curvilíneo y un cierto erotismo subyacente, reflejan el placer y la pasión de Picasso por su nuevo amor, Marie Thérese Walter, con la que tuvo a su hija Maya en 1935. Thérese también fue retratada muy a menudo en actitudes de reposo, fue también la modelo del famoso cuadro Mujer ante el espejo (1932, Museo de Arte Moderno). En 1935 Picasso llevó a cabo la serie de grabados Minotauromaquia, un bellísimo trabajo en el que mezcla los temas del minotauro y las corridas de toros; en esta obra, tanto la figura del toro como la del caballo destripado anuncian las imágenes del Guernica, el gran mural considerado por la mayoría como una de las obras artísticas individuales más importante del siglo XX.
Autoretrato
El 26 de abril de 1937, durante la Guerra Civil española, la aviación alemana, por orden de Francisco Franco, bombardeó el pueblo vasco de Guernica. Pocas semanas después Picasso comenzó a pintar el enorme mural conocido como Guernica. En menos de dos meses terminó la obra, exhibiéndola en el Pabellón español de la Exposición Internacional de París de 1937. El cuadro no retrata el acontecimiento en sí; más bien quiso expresar con él la violencia y crueldad del acontecimiento mediante la utilización de imágenes como el toro, el caballo moribundo, el guerrero caído, la madre con su hijo muerto o una mujer atrapada en un edificio en llamas. Pese a la complejidad de estos y otros símbolos, el Guernica logró un gran impacto como retrato-denuncia de los horrores de la guerra. El estallido y posterior desarrollo de la II Guerra Mundial contribuyeron a que la paleta de Picasso se oscureciera y a que la muerte fuera el tema más frecuente en la mayor parte de sus obras. Así lo ves, por ejemplo, en Bodegón con calavera de buey (1942, Kunstsammlung Nordrhein-Wesfalen, Düsseldorf) y en El osario (1945, Museo de Arte Moderno). Conoce por entonces a la pintora Françoise Gilot, con la que tendrá dos hijos, Paloma y Claude; ambos aparecerán retratados en numerosas obras que recuperan los primeros estilos de Picasso. Su última compañera sentimental, a la que también retrató en bastantes ocasiones, fue Jacqueline Roque, a la que conoció en 1953 y con la que se casó en 1961. Desde entonces residió casi siempre en el sur de Francia.
Los últimos cuadros de Picasso están basados en las obras de los grandes maestros del pasado como Diego Velázquez, Gustave Courbet, Eugene Delacroix y Édouard Manet. Además de en la pintura de cuadros, Picasso trabajó también en cientos de litografías que realizó en la imprenta de Fernande Mourlot. Se interesó también por la cerámica, y así, en 1947, en Vallauris, realizó cerca de 2.000 piezas. Durante este tiempo Picasso hizo también importantes esculturas: El hombre del carnero (1944, Museo de Arte de Filadelfia), un bronce a tamaño natural y La cabra (1950, Museo de Arte Moderno), también en bronce obra de enorme fuerza. En 1964 llevó a cabo la maqueta de Cabeza de mujer, una monumental escultura levantada en 1966 en acero soldado en el Civic Center de Chicago. En 1968, y a lo largo de siete meses, creó las notables series de 347 grabados con los que retornó a sus primitivos temas: el circo, las corridas de toros, el teatro y las escenas eróticas.

Picasso murió el 3 de abril de 1973 en Notre-Dame-de-Vie, su residencia cercana a Mougins.


Maribel Alonso Perez
02 septiembre 2011

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